Bien sabemos que al momento de adquirir un nuevo producto para cuidar nuestra piel, nos invade una sensación de esperanza y ansiedad por llegar a casa y empezar a utilizar nuestra nueva cremita, tónico, limpiador etc. e incluso a veces no queremos ni esperar a que llegue la noche y ya queremos abrirlo, saber cómo huele, queremos conocer su textura, cómo nos deja la piel, y a veces, el dejarnos llevar por esa ansiedad, puede llegar a ser un grave error.

¿Grave error?,¿Por qué? Hasta yo me asusté leyendo 

Calma, calma, mi intención no es asustarte con la cosmética, más bien quiero que tengas siempre la precaución de utilizar este pequeño pero importante consejo antes de comenzar a utilizar tu nuevo aliado a tu rutina de skincare.

Es por eso que te quiero hablar del famoso “test de parche”

El test de parche consiste simplemente en poner un poco de tu producto en ciertas zonas de tu piel con el fin de detectar y descartar posibles alergias o irritaciones no deseadas por algún componente o ingrediente del producto.Puedes hacerlo detrás de la zona de tu oreja, zona de la muñeca o antebrazo. 

La reacción puede ser inmediata o aparecer dentro de un máximo de 72 horas, si no reacciona dentro de ese periodo, es seguro para tu piel. Si reacciona dentro del periodo, suspende su uso y lava con abundante agua.

Además, también puedes saber si un producto es comedogénico (aquel que produce imperfecciones tales como puntos negros, espinillas, granitos, etc) sólamente aplicando el producto en la zona donde te aparecen estas imperfecciones.

Ten en cuenta que tu piel no está acostumbrada a los productos que adquiriste por lo cual es necesario que vayas aplicándolos de a poco, podrías comenzar con un producto en un día, y a la noche sumar el siguiente o al día siguiente. Si te aplicas todo de una pasada y ya, tu piel podría reaccionar al cambio tan radical.

Dale la paciencia y tiempo necesarios a tu piel para que se adecúe de a poco.